La importancia de la seguridad digital
Uno de los desafíos fundamentales para todas las empresas, especialmente para las pymes, es la imperativa inversión en ciberseguridad debido al crecimiento exponencial de la ciberdelincuencia en el contexto de la rápida digitalización de la sociedad.
El ransomware, un tipo de malware que bloquea el acceso a un sistema y exige un rescate, ha experimentado un aumento alarmante, afectando a más del 70% de las empresas españolas en 2021. Este riesgo no puede pasarse por alto.
Desde el teletrabajo hasta los e-commerces, la presencia en la red es crucial. Los clientes buscan información, éxitos y experiencia en las páginas web, y los ataques informáticos pueden comprometer tanto la actividad productiva como la de gestión, desde cuentas hackeadas en redes sociales hasta la exposición de datos personales.
En un mundo donde todo está interconectado a través de internet, adoptar soluciones transversales es vital para las empresas. Estas soluciones deben ser capaces de crecer y adaptarse a los protocolos de la empresa.
La aplicación de nuevas tecnologías en seguridad, como criptografía y sistemas de transacciones online respaldados por inteligencia artificial, resulta fundamental para la seguridad informática, especialmente para las pequeñas y medianas empresas que buscan afianzar su futuro y competir en entornos digitales.
En España, se ha realizado un esfuerzo significativo en la capacitación contra delitos online, proporcionando herramientas efectivas, como la Guía Nacional de Notificación y Gestión de Ciberincidentes, el Foro Nacional de Ciberseguridad y la línea de ayuda en ciberseguridad 017.
Sin embargo, es esencial contar con un equipo cualificado para instalar y monitorear los sistemas de seguridad en tiempo real, así como ofrecer formación en ciberseguridad como complemento indispensable para cualquier actividad profesional en entornos digitales.
Aumentar la inversión en ciberseguridad no solo incrementa las posibilidades de mantener la actividad empresarial, sino que también previene crisis reputacionales. La protección contra robos de datos personales y brechas de seguridad es esencial para preservar la confianza de los consumidores y evitar situaciones perjudiciales para la empresa.
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